Jane Birkin se vuelve clásica

Ya no presentamos a Jane Birkin, la cantante, actriz y musa del fallecido Serge Gainsbourg. Este último, influenciado por la música clásica desde su infancia, comenzó a aprender piano junto a su padre, Joseph, cuando aún no había cumplido los cinco años. No es de extrañar entonces que encontremos préstamos del repertorio clásico en muchas de sus canciones a lo largo de su carrera, como verá al escuchar nuestra playlist “Jane Birkin’s got class(ique)”, donde alternamos las canciones de Jane Birkin de las obras de Gainsbourg y sus contrapartes en la música clásica.

En 1969, Gainsbourg se inspiró en Frédéric Chopin, cuyo “Preludio para piano N° 4 en Mi Menor” sirvió como base para la canción “Jane B”, y luego vuelve a inspirarse en “Étude en Fa Menor N° 10”, para dar a luz al simple “Dépression au-dessus du jardin”, interpretada por primera vez por Catherine Deneuve, antes de ser readaptada para Jane Birkin.

En su exitosa canción “Baby alone in Babylon” hizo uso del “Tercer movimiento de la Sinfonía N° 3” de Brahms, mientras que para componer el simple “Fuir le bonheur de peur qu’il ne se sauve” tomó prestado parte del “Preludio N° 4 en Do Sostenido Mayor”, de Bach.

Mencionemos también la canción “Lost Song”, que se basa en parte en “Peer Gynt, Op. 23 N°19, Chanson de Solveig”, de Edvard Grieg, así como “Image fantôme”, es una adaptación de “Pavane pour une infante défunte”, de Maurice Ravel.

Finalmente, en el álbum “Birkin/Gainsbourg: Le symphonique”, publicado en 2017, podemos descubrir por primera vez la canción “Requiem pour un con”, interpretada por Jane Birkin, un éxito que le debe mucho a la Sinfonía N° 9 en Mi Menor, B. 178, “Del Nuevo Mundo”, compuesta por Antonín Dvořák en 1893.