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Jun 11, 2020

Once Upon a Song | ¿Cómo se convirtió una canción de ruptura en el himno global de una generación? Descubra la historia de “Comme d’habitude”, que se convirtió en el éxito internacional “My way”

Desde que Frank Sinatra realizó su famosa grabación en la víspera del Año Nuevo de 1968, “My Way” se convirtió sin lugar a dudas en una de las canciones más grabadas en la historia. Aunque alrededor del mundo no sea muy sabido, este éxito internacional se desprendió de la exitosa canción francesa “Comme d’habitude”, grabada en 1967 por Claude François, originalmente compuesta por Jacques Revaux y con la letra escrita por Gilles Thibault. What the France lo invita a descubrir esta historia en una novedosa serie web, Once Upon a Song.

Para aquellos que quieran saber más, sumérjase en la entrevista con Jacques Revaux, quien recuerda la génesis de esta inmensa canción.

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My way – 50th Anniversary (1969-2019)

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¿De dónde sale “Comme d’habitude”? ¿Tiene algo que ver con los deportes de invierno?

En ese momento me encontraba en Megève, Francia. Esa mañana compuse cuatro canciones, algo que no era nada inusual para mi. Escribir una, cinco u ocho canciones me parecía lo mismo. Seré malo con los instrumentos pero sé cantar y me resulta fácil comenzar a componer una canción. Lo que sí encuentro dificultoso es terminar las canciones y lograr que sean aceptadas por los artistas y por el público. Ese día escribí “Comme d’habitude” y otros tres simples, “Jeune Homme” para Johnny Hallyday era una de esas. También creo haber compuesto “Plante un Arbre” para Richard Anthony y “Les enfants on besoin d’amour” para Hervé Vilard.

¿Por qué la primera parte de la letra de la canción comienza en inglés?

En ese entonces algunos compositores franceses, entre los que me incluyo, enviábamos nuestra música a sub-publicadores en Londres con el fin de que ellos transcriban y graben los simples para luego ofrecerlos a artistas de Francia. Recuerdo que nos pagaban unos 200 francos (250 euros al valor de 2019) por cada canción sin copyright. David Bowie trabajaba para estos editores y escribió la letra para algunas de mis melodías, entre las que se incluía esta, aunque no me la terminé quedando.

En ese tiempo él estaba recién comenzando, nunca tuve la posibilidad de conocerlo en persona. Trabajé mucho con Pierre Delanoë y en mayo de 1967, tan pronto como recibió mi canción desde Londres (y sin avisarme), la envió a Las Vegas para que trabaje con ella Petula Clark. ¡Pasaron 50 años y sigo esperando que me notifiquen sobre eso!

Nosotros le presentamos la canción a Dalida, que no demostró interés alguno. Luego fue enviada a Hervé Vilard, quien quiso quedarse con los derechos de la canción pero esta vez me negué yo a dárselos. No creía que encaje con él.

Todas mis canciones en ese momento fueron publicadas por Nouvelles Éditions Barclay y dirigidas por Gilbert Marouani; uno de los A&R fue Régis Talar, persona a quien conocía desde 1962 y que luego crearía el sello Trema. Unos días más tarde Régis (mi mejor amigo y compañero durante casi cincuenta años) le dio el demo a Claude François y 15 días después recibimos un no rotundo de su parte como respuesta.

Lo que resume a toda esta historia es que conocí a Claude François en Cannes en julio de 1967. Almorzamos juntos y hablamos un poco hasta que me dijo: “Tú compones canciones para todo el mundo, ¿por qué no has escrito nada para mí?”. Le contesté que no tenía nada nuevo desde el simple que le envié en mayo y que no le había gustado. La canté nuevamente junto a él y, aunque él después haya dicho que no lo recuerda, me pidió que vaya a el Moulin de Dannemois a fines de agosto.

Y así fue. En la última semana de agosto fui a el Moulin, donde todos pasaban el rato en ese momento: conductores de radio, amigos de Claude, Éric Charden (que escribió el éxito de ese verano, “Mais quand le matin”)… Nos encontrábamos en la pileta del lugar aunque todo lo que aconteció después poco tiene que ver con la película Cloclo (donde recrean la historia detrás la canción “My Way”). Primero que nada, yo estaba muy flaco en ese entonces y era más delgado que el actor que me interpretó. En la película nosotros nos encontrábamos al lado de la pileta, yo estoy tocando la canción en la guitarra y Claude me la quita de las manos y dice “esto debería ser así”, como si él terminase la canción, cosa que no pasó.

Lo que en realidad pasó fue que Claude me dijo en frente de todos que “toque esa porquería”. Le dije que solo tenía un demo pero igual insistía con que lo toque. Le dije que lo haríamos a mi manera, que iríamos a la cocina y que escucharíamos juntos el demo aunque él insistió para que agarre la guitarra y lo toque y cante yo. Así que empecé a tocarlo y al terminar me pidió que le agregue una nota de su parte. Esa nota era la que empieza la melodía, cuando la letra dice “Je m’lève et je te bouscule”.

En el demo que canta Bowie esa nota no aparece. Claude necesitaba esa nota porque quería probar la melodía con la letra de otra canción que él había escrito, que trataba sobre su separación de France Gall, algo que lo tenía a maltraer en ese momento. Así que François sí tuvo que ver con la letra de “Comme d’habitude”, yo escribí la música.

Muchos libros le atribuyen el puente de esa canción a Claude François. ¿Estás diciendo que él no lo escribió?

En Megève, el día que escribí “Comme d’habitude” y otras tres canciones, había cenado junto a Hugues Aufray, con Monty, Pierre Delanoë y otros amigos. Hugues escuchó la canción el mismo día que la escribí con un puente que incluso me había dicho que parecía un tanto mecánico, como el estilo de Michel Legrand. Luego en el demo que envié a Londres realicé una versión un poco más sofisticada de ese puente. Hugues no aceptó la versión de la canción que había modificado específicamente para él pero sí le gustó a Claude François. Cuando él me dijo que la melodía en la canción debería corregirse le dije que en efecto ya había creado un puente, (que forma parte de la canción que conocemos todos hoy).

En octubre de 1967 fui al International Pop Song Festival de Río de Janeiro, donde acompañé a Hervé Villard, que había obtenido el segundo puesto de la competencia con una canción que había compuesto para él. Esa noche sonó el teléfono en la habitación de mi hotel: era Régis, que quería decirme que la grabación de “Comme d’habitude” fue fantástica. También me dijo que sería la primera canción del álbum de Claude con su nueva discográfica, Flèche. Régis me dijo que figuraba como el co-escritor de todas las demás canciones del álbum y me preguntó si no me molestaba que aparezca como co-escritor en esa canción también. Le dije que sí, que estaba bien, con dos testigos que estaban conmigo al momento de esa charla en la habitación del hotel: Jacques Brel y Bruno Coquatrix (el director de l’Olympia).

¿Cómo fue que “Comme d’habitude” cruzó el Océano Atlántico para convertirse en “My Way”?

Ese fue un período extraordinario: en esos días, cuando el single de Claude François salió, todos estaban cantándolo. “Comme d’habitude” se convirtió en la canción número 1 de Francia pero en vez de vender 500.000 o un millón de copias solo había logrado vender 350.000 en varios meses. Había éxitos mucho más grandes.

Cuando el simple salió por primera vez en la TV, Gilbert Marouani, mi editor y también sub-editor en Francia para Spanka Music, estaba reunido con Paul Aunka, el dueño del sello. Querían ver y escuchar a Claude François, su nuevo artista, que cantaría una de sus nuevas canciones, “Comme d’habitude”. Anka se dio cuenta que ya había oído antes la canción y se interesó en grabar una nueva versión dentro de seis meses.

En junio de 1968 Marouani le dijo a Anka que como no habían grabado nada pensaba en quedarse directamente con los derechos del tema. Paul pidió entonces otros seis meses para poder enfocarse en reescribir la letra y enviársela a Don Costa, el productor de Frank Sinatra, que para ese entonces no era un éxito en ventas.

Sinatra grabó “My Way” el 31 de diciembre de 1968. Con esta grabación recibí premios y reconocimientos en todas partes del mundo: en los Estados Unidos, en Japón y Alemania. En todos lados menos en Francia.