NCY Milky Band | Estrenan Burn’in, su álbum debut.

El grupo francés NCY Milky Band lanzó su álbum debut Burn’in, en el que oscilan entre el jazz, el hip-hop y el electro: los sintetizadores que se encuentran con una sección rítmica escandalosamente groovy.

Formado a partir del núcleo jazzístico del sello BMM, el cuarteto presenta a Louis Treffel en los teclados, a Antoine Léonardon en el bajo, a Quenton Thomas en el saxo y a Paul Lefevre en la batería.

Burn’in está descrito como un estado de agotamiento físico, como el resultado de una euforia prolongada provocada por un gran momento entre amigos. Los pacientes con síndrome de Burn’in están tan agotados por la risa y el bienestar que se sienten quemados por dentro y se pierden en un estado de relajación total.

Ese es el concepto detrás del nuevo álbum de los NCY Milky Band, el cuarteto de jazz electrónico de Nancy, conocido por su experimentación con el jazz y el groove. Las 11 pistas del álbum rebosan de ideas innovadoras y conexiones musicales inesperadas, guiadas por los sintetizadores locos y los loops burbujeantes de Louis Treffel, que también fueron una característica importante de su álbum de covers, Our Gurus.

La intro de ‘Magic Polo’ es una improvisación electrónica grabada en diez minutos y basada en los complejos breaks de batería de Paul Lefèvre, mientras que de fondo se escucha la flauta a pistón tocada por el bajista Antoine Léonardon.

Los tracks que siguen cubren una amplia gama de estados de ánimo, desde baladas serenas pero rítmicas como la homónima “Burn’in” y “Politricks” hasta jams lentas como “Love Alert”, “L’Ombre d’Un Homme” y “Plus Profond”, donde el saxofón de Quentin Thomas exuda melancolía. En “Young Fiasco”, una canción downtempo espeluznante, presenta un saxo casi irreconocible con fases de improvisación extravagantes. El simple final, “Mermoz”, lleva el nombre de la ruta en la que se encuentra el estudio BMM. Es también el gran final del álbum, una explosión de nostalgia y euforia llevada por una interpretación extraordinaria del baterista Paul Lefèvre, que culmina con la experiencia que es Burn’in.